12.4.08

Music or Misery?

Ayer no sabía si hacer mi ponencia sobre Nick Hornby y su desarrollo de la queja o sobre el instante como definición del ser en Crash de Ballard. Al poner la musica no conocí ninguna promising woman como le pasa a Rob; sin embargo, a las dos de la mañana con dieciocho minutos, una mujer decidió recordarme como Vaughn estructura en su cabeza todas las fisuras que está a punto de construir con su velocidad. La figura citadina que siempre vi distanciada ayer se consumó en un estremecimiento metálico mientras una mujer se pasaba un alto y yo recordaba en un instanténeo silencio las cosas que me habían pasado en la vida.

No pasó a mayores. Campanas y coros sonaron cuando quedó claro que no era mi culpa. Yo no pago nada. El anticongelante recorriendo en verde arroyo la acera. La grúa en los fríos de las cuatro de la mañana. Los zurcos y las arrugas que dejaron mi auto inutilizable son fieles testigos de mi incisiva sobriedad pues en esta ciudad pareciera ser que manejar ebrio es certeza de llegar a casa. Yo llegué pero con la suerte llagada. Todo lo anterior había sido simulacro, ahora es cuando. ¿Porqué tenía ella que salir de su fiesta con ganas de pasarse las luces rojas? Yo sólo salí con ganas de escuchar a Antony. . .

crash!

And by the way, I got some scratches. . .




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