La progresión inicial, una fiesta donde todos se conocen y de todos modos ya son extraños entre ellos debido a la distancia que los empieza a separar. No sé si los que están vivos ahí, son mas que sombras de los que conocía, o creía conocer algunos meses apenas. Apenas se entrecortan las apelaciones y ya no reconozco gente. Y gente de mi nuevo espacio ya me ofende como si fuéramos viejos amigos y eso sí que es desagradable. Hablar sobre cómo la sociopatía de un personaje entra fuera de lugar en un horizonte de expectativa en cierta historia es algo pesado cuando el obsecado interlocutor no escucha razones, me voy a sentar. Pongo Why can't I be You y entonces talvez alguien que quiero mucho me dice, se nota que sigues poniendo tú la música y sonrojada me sonríe. No puedo creer que nunca me enamorara de alguien así. Holy Blood. Sour Times es de lo más impactante que he bailado. . . Apenas el jueves, en el aula (a una hora a la que cualquier pareja normal de amantes puede estar mintiéndose con la carne), me recuesto sobre el cuaderno y siento su mano en mi cabeza, creyendo que puedo recibir una muestra de afecto. Nada. Me despiertan bruscamente y estoy otra vez en la reunión, bailando Spellbound, finalmente creo que no he vivido mal. Aunque cuando pienso en las despedidas, me doy cuenta de que sigo solo. Y no se si valga la pena la pasividad violenta en una ecuación de perversiones, siempre en solitario, porque las mujeres que amo están ocupadas siendo felices.
Al fin y al cabo, los héroes acaban en los Campos Elíseos.
3.9.06
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