Tiempo es lo que no tengo,
para enamorarme de la que no conozco
y no caer en la tentación que nunca he visto
llamándote por tu no-nombre
haciendo un poema fuera de lo planeado.
Y me falta tiempo para describirte,
partiendo siempre de tu brazo,
el derecho para ser preciso
que aveces roza el mío
y logro sentir la peculiar palidez
y cada uno de los siete lunares
que hay antes del codo,
pero para describir eso,
no dispongo del tiempo.
Tampoco se como organizar tu tiempo,
para concidir sin querer en un espacio
y perder todo mi tiempo,
que para otros no tengo
viendo solamente tu brazo.
Mientras leía constelaciones en tu espalda,
supe que no debía ser pretencioso
que a falta de tiempo para recorrerte la espalda,
me quedo en la melancolía
de ver tu brazo.
29.9.06
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