9.7.08

Rohmer

Aquella vez, fue la última caminata larga hacia Portales. Desde Polanco y sin un varo. Todas las estaciones de metro que me saludaban desde su opacidad en la superficie. No entraba porque el boletito de dos monedas no era para hoy. Era mi despedida. Luego caminé más y más y sigo caminando. Y mi necedad me hace caminar más.

Rohmer lo pone en imágenes mas bellas de lo que yo puedo explicar. Por ahí un giro de la vida nos deja en la calle caminando y seis francos hacen la comida del día. O talvez diez pesos a base de mazapanes. . . ocaso. Y sigue caminando hasta que de nuevo " Y las piedras. . . Las malditas piedras. . ." Todo es una vista de Paris como siempre lo quieren ver, con sus vagos cagadosooowweey.

A mi me parece que la seguridad se pierde al caminar. Sólo se gana incertidumbre de qué nos va a alumbrar los siguientes metros. No se ganan certezas caminando, se pierde oxígeno y a veces peso. La suerte y la caminata, inherentes al inclemente paso de la suerte; El Signo del León.



Mixwit

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