2.6.08

mentada

El cuento breve "hasta atrás" de autoría atribuible al Bryce Echenique que redacta este bló, fue mandado al 39 concurso de la revista Punto de Partida y ha sido mencionado. Así. No ganó, no fue olvidado. Fue mencionado. Algunos ya habían leído esto en versiones preliminares. Triste que no ganaran mis fotos sobre Vallejo. . . en fin.

HASTA ATRÁS
Veinte para las nueve en Etiopía y el reloj se detiene. El poema del Infierno es ilegible en los apretujones. El otro infierno suda y él, decide pues irse donde conoce. El metro va; dos, tres minutos de sombras con intermitencias quedas. El tiempo ocurre y el diafragma se abre por espacio de un segundo para recordar las luces del túnel. Orugas que enseñó su padre a notar en las fotografías como pausas lumínicas; "No son para iluminar, son para saber qué tan oscura es la espera". Ahí es ilegal fotografiar.

". . . y ¿eres del sistema?" Claramente no. De la mirada astuta en la última cabina del metro, pasó a la humillada ceja miedosa que desde los seis años, le tiembla sin cesar al ver a un policía.

El mensaje de texto escrito en la sudadera, bajo el cobijo de una memoria digital permite un "me agarra la tira. llama". Rodrigo. Enviado. Nadie más puede ayudar en una situación que imagina secretamente desde los quince años.

"Tu padre, ¿era del sistema? ¿Cómo de que él te enseñó?" Su padre ni era del sistema, ni era fotógrafo como inventó. Ni estaba muerto como iba a decir dos minutos después. Su padre era una sombra que no pagaba deberes familiares. Seguro ahora estaba en Veracruz, crudo.

"Nos vas a esperar. Llega la patrulla y los remitimos a Tlatelolco donde el MP hace lo suyo con ustedes." Nada que susurre un policía puede ser bueno. “No te vamos a meter como delincuente. Seguro sabes que estar en la cabina del último vagón es delito. Te tendríamos que meter ahorita para que el jefe de estación pare el tren en la base y vean que tanto trae destruido.” Las palabras chivo expiatorio eran el sabor de boca. El daño del tren 2321 de la línea verde iba a ser su culpa y punto. Derecho al reclusorio por sacar fotos de luces neón.

"Pero te podemos ayudar. . . ." Nimadres.No.Nunca.Bueno.Sólosoncienpesos.Va. Y en ese orden iba a caer en su primer gran acto de mexicanismo/mexicanidad. Estos cien pesos se los debía igual al crecimiento anual del dos por ciento, así que regresarlos a la autoridad sonaba coherente. "Bueno, con esto te metemos como vendedor, al fin que son varios. Hoy salen. Lo tuyo no era de un día."

Siete judiciales. Dos con pasta civil. Tres vendedores. Un pendejo. No había más. No llegó la patrulla y como no hubo Tlatelolco pues delegación Benito Juárez. Llegan y ya está Rodrigo ahí. Los jeans apretados y Milton en su segunda parte. Uno no lee por acabar en la delegación y el otro por sacar al primero. Por eso éste país no salió del Paraíso Perdido.

Adolescentes con sesenta, sesenta y cinco, setenta y cincuenta y dos (anemia segura) kilogramos cada uno, seguro son tarea que requiere la mitad de la fuerza policiaca del turno matutino. Alguien, debajo del reloj en Balderas esta robando una cartera. Una señora en Copilco grita que le acaban de navajear la bolsa. Mientras él está en la Benito Juárez, otro manosea a su novia en Centro Médico. De haber chocado esa madrugada tres días antes, los dos habrían muerto con el sudor fresco del otro; felices.

Tres celdas grises igual de grises, abiertas igual de abiertas, de par en par. 10:04 am. Sólo una hora. Qué eficiencia. El estudiante de letras nota que si el lunes es día flojo y se venden cien discos a razón de diez pesos cada uno, puede comprar sus bocinas y sus libros con un mes de vender piratería tan sólo con un día. Thomas Hardy suena a cada minuto más descabellado.

Además cada quince días cambian el diseño de las mochilas para evitar ser prensados como estos de aquí a su costado.
Suben uno por uno a pagar la multa cívica y mientras, ríen de cómo Otón Casas García inventa la Calle Cerrada y el domicilio 123 int.4 en la colonia (redoble) el Chicharito. Por el bien del urbanismo mundial él espera que en verdad ninguna colonia se llame así.

Subió para ver que a Rodrigo no lo habían devorado sus pantalones casi pintados y que su libro seguía en la comodidad de la mochila. "Tú también andas en los discos. Muy mal. ¿Qué apoco le sacan tan bien?" Pasado el juez y 50 pesos de multa cívica, sale y se van a la facultad. Por soberbia el infierno escogido una mañana; el resto de la tarde no salió por pensar en las barras azules que le pertenecieron. El túnel y la celda son sombras de luz para saber que tan oscuro está el paraíso.

5 comments:

Lady Stardust said...

Lo recuerdo cuando no era puro cuento, si no la cruda realidá... en fin. Linda referencia a The Smiths la que intercalaste por ahí.

Alo Valenzuela said...

comento... señor... que mi verdadero nombre y nombre completo es y siempre será Alejandro Valenzuela Escobedo y que de no ser por ti no me entero.. saludos

Alo Valenzuela said...

obviapinchemente que fiesta...
felicidades a ti tambien cawn..

Gabi said...

Yo también pienso que al contrario, hay que celebrarte, y ya haremos una fiesta más grande cuando ganes.
Además me da orgullo que también entre las menciones está mi padawan Emiliano, junto a mi hijo Yorch!!! =)

Zeidy said...

Que pesada escritura, como un trago de licor fuerte sin adelgazar... (that is meant, you see, to be a compliment)
De verdad esperemos que ninguna colonia se llame así, pero te puedo decir que hay una llamada "El valle de la felicidad," (con calles con nombres de tipos de licor) y supongo que esta no eso no esta tan lejano al paraíso..