3.5.08

Pélatela hippie

Bueno, ya se fue el museo nómada. Ya puedo hacer mi statement: ME CAE MAL GREGORY COLBERT

Acá les dejo muestra de Abelardo Morell que lleva la cámara estenopéica a niveles inhóspitamente sublimes. Las imágenes que desarrolla Morell a través de la ventana como esténopo son lo que Ansel Adams capturaba en pueblos de Nuevo Mexico totalmente blancos por la ausencia de luz eléctrica pero ahuspiciados por la tranquilidad de la luna del desierto. El señor se arrincona para que su sombra no afecte la imagen del pequeño agujero y de ahí toma la foto con una cámara. Así es, la cámara toma la cámara. Esta doble captura de la realidad no es más que un fotógrafo logrando la estética de cajas chinas que tanto nos han querido vender como un vértigo posible sólo en las narratologías canónicas.

Creo que estas fotos tienen dos realidades atenidas a una sola fuente de luz que penetra todo y deja las paredes planas como riscos de otra cordillera u oscuridades de otra jungla. El doble juego del asfalto es impresionante si se piensa que uno puede ser testigo del landmark neoyorquino con solo poner de cabeza las perspectivas. La pared blanca es tamizada, ashurada y acabada. Lo que el arquitecto en la premura de los tiempos determina como un nuevo trabajo para poder comer, el fotógrafo lo reanima con puentes que ponen el agua al servicio del escritorio.

Cabe apuntar que para la serie de Camera Obscura, Abelardo utilizó sólo cámara de negativo. A las primeras de cambio, un paréntesis: lo importante del negativo es que en un ISO 400 (no se diga arriba de mil) alcanza unos 250 tonos de grises dentro de las diez zonas de un papel multigrado. Si uno considera impresiones sepia de dígital como las de don Goyo Colbert, pues sólo alcanzámos unos cien tonos (sí, sí estoy considerando que el tipo tiene todo el puto varo como para comprarse una de más de once megapixeles que aunque según él, su equipo es sumamente precario).

Es así pues que la calidad del caballero radica no sólo en lograr un preciosismo exacto con el enfoque de un esténopo de, calculo yo, unos quince centímetros para todo un cuarto, sino es proyectar toda la gama de oscuridades que el exterior puede brindar para pintar temporalmente un tapiz blanco y desposeerlo de su aburrición por tan sólo el instante que el cuarto esta oscuro.


Ahora, que si prefieren seguir viendo como unos niños conviven en harmonía con la naturaleza de un tigre cuyas rayas son la pazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz
ZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZzZz. . . . . . . . . . . . . . . . .
Pues lléguenle, que a éste servidor, le gusta más el blanco y negro de cosas a las que se le invirtió técnica:




PS. Vean también el early work. . . Ya quisiéramos muchos ése early work.

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