COLD ...::Je t'aime::...

Simplemente, no puedo dejar de llorar. . . "If you fell asleep in the snow, you don't see death coming". Efectivamente amé a Nat Portman, Wes CRAVEN, me fascinó; me sentí desolado y quise que una ciudad me amara en mi propia manera de ser extranjero en mi propio mundo, un outsider como la de Alexander PAYNE. Fatigado, quiería gritar sin razón y quiero aún gritar con razón. Fuí un mimo en Eiffel, porqué estar ahí sólo, es ser un actor, no se puede ir a ese lugar como fantasma, sin sentirse querido, por eso el mimo y yo nos pusimos careta de polvo blanco. Por otro lado, aún me pregunto si ayudando a la gente encontraré a alguien que se ría conmigo al filo de la noche. Poder compartir la tumba de Wilde, y hacerte reir. ¿Jazz? Claro que me gusta Charlie Parker y cuando hablo contigo parece que soy de otro lugar, aunque nunca nadie va tras de mi, corriendo cuando le doy mi teléfono. El que no se sabe estacionar, no entiende tampoco, soy agradable, no hay solteras a la vista, es casi desgracia nacional; miserablemente sólo en el universo. Wilde, Wilde, en un pabellón de mausoleos, el génesis amoroso es la misma chispa del sarcasmo de quien dice touché para contestar un ídem. Tu adopta a mi amante y yo a la tuya, eso si es que a uno de nosostros no nos da leucemia. Como los delfines, es muy probable que muera rodeado de seres que no conozco. Siempre mi manía de hacer contacto visual con las mujeres ajenas, ya es la quinta golpiza de esta semana, pero todo con tal de evitar la muerte de corazón, verdad Oscar? Tener una fe identifica al punto de dejarse ir hacia algo más grande y yo he perdido la fe en las personas, bueno, en la mayoría. Por supuesto, mueres en mis brazos y jamás me recuperé del coma emocional, del que sólo un vaquero me sacaría para acompañarlo, evidentemente te pediría permiso primero; en medio de la noche, saco mi fuerza de Dios. Soy un hijo de mimos, y no quería ver Paris, je t'aime. No quería, porque sabría que no tendría el coraje, me resquebrajo, y necesito una copa del tinto, necesito una mordida de ominoso candor y hematofagia. Pero siempre puedo darle de comer al gato que pasea por ahí, que sólo conocemos mi ciudad y yo. Mi ciudad en donde cada noche corres toda ella desde el día anterior para curarme las heridas y tomar un último café. Por eso creo que hay que levantarse y jugar al mimo, para poderse atar al mundo con una sonrisa, eufemismo de lo efímero. Hazme reir.



Triste y Feliz, pero me siento vivo.