Si la palabra "análisis" debe tener un sentido tocante a la infancia, es necesario decir que se analiza mejor una infancia mediante ensueños que mediante hechos. Creemos que tiene sentido hablar de análisis poético del hombre. Los psicólogos no lo saben todo. Los poetas proyectan otras luces sobre él.
Al meditar sobre el niño que fuimos, más allá de toda historia de familia, después de haber superado la zona de la pena, después de haber dispersado todos los espejismos de la nostalgia, alcanzamos una infancia anónima, un puro hogar de la vida, de vida primera, de vida humana primera. Y, volvamos a subrayarlo, esta vida está en nosotros, queda en nosotros. Un sueño nos lleva a ella. El recuerdo se limita a abrir otra vez la puerta del sueño. Allí está el arquetipo, inmutable, inmóvil bajo la memoria, inmóvil bajo los sueños. Y cuando gracias a los sueños, hemos hecho revivir la potencia de arquetipo de la infancia, todos los grandes arquetipos de las potencias paternas y de las potencias maternas retoman su acción. El padre está allí, también él inmóvil. La madre está allí, también ella inmóvil, ambos escapados del tiempo; Y todo cambia: el fuego de antes es un fuego distinto del fuego de hoy. Todo lo que la infancia acoge tiene una virtud de origen. Y los arquetipos siempre serán orígenes de imágenes poderosas.
Gaston Bachelard, Poética de la Ensoñación
10.5.07
THERE'S ...::Sanctity::...
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